Perdidos en Japón.

Antes de viajar a Japón, contemplando películas como Black Rain, o Lost in traslation, me pregunté si sería cierto todo lo que estaba contemplando por la pantalla, pensando que quizás estaba un poco exagerado.

La realidad es que urbes de Japón como Tokio, en ese sentido, no decepcionan al viajero: ofrecen el mismo sentido de caos y confusión vanguardista que se ve en las dos películas mencionadas. Tradición oriental sumada a las tecnologías más modernas y sofisticadas.

Kioto, a pesar de ser más tradicional, seguía dando al viajero una cierta sensación de caos y de confusión, de encontrarse en otro mundo con normas incomprensibles, similar a la de Tokio.

Una plaza de las afueras de Tokio.
Máquina expendedora de refrescos.
Tokio, parque con patines en formas de cisnes rosados que ha salido en distintos animes.
Una otaku esperando el tren.
Ginza, almacenes de seis pisos dedicados exclusivamente a la venta de mangas y animes.
Una escalera interior de cualquier almacén. No hay ni un solo rincón sin relleno.
Uno de los locales de Ginza.
Pasatiempo de los japoneses para relajarse después de una dura jornada laboral. El ruido que hacen las máquinas de bolas es tan fuerte que no se puede mantener una conversación normal.
Calle de Tokio, con escaleras transparentes incluidas.
Entrada de una especie de todo a cien.
Callejón del centro de Tokio.
Una geisha en Kioto.
Decoración (¿exvotos?, ¿propaganda?) de una capilla dedicada a una geisha asesinada en Kioto.
Establecimiento típico de Kioto.
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