En el norte de Inglaterra se encuentran los restos de este muro que hizo construir el emperador Adriano en el siglo II D. C. para separar la Britania romana de una Escocia habitada por pictos e imposible de conquistar.
Hay un recorrido turístico de unos cuarenta kilómetros que te lleva por los campamentos y los trechos de muralla mejor conservados. Puedes hacerlo en autobús o caminando.
El paisaje es espléndido, forma parte de un parque nacional, aunque como se ve el tiempo es bastante frío y húmedo (las fotos las saqué a finales de julio).
Como es sabido, George Martín se inspiró en el Muro de Adriano para la muralla de hielo de Juego de tronos, si bien el muro original romano tenía poco más de tres metros de altura cuando estaba entero, vamos, poco más que una tapia o una valla.
Especialmente interesantes eran los campamentos. En el de Vindobonum se exponen más de doscientos ejemplos auténticos y bien conservados de zapatos, botas y sandalias romanas. Me llamó la atención que la mayor parte de habitaciones tuvieran restos de la típica calefacción romana por hipogeos (vapor por debajo de las losas del suelo). Este tipo de calefacción, en Italia o en España únicamente se encuentra en las termas públicas y en los campamentos del muro de Adriano se ve en lugares como las letrinas, las torres de vigilancia de la entrada o el comedor comunitario. Sin duda, los legionarios que residían en esos campamentos eran de latitudes inferiores y pasaban mucho frío por allí arriba.
Las fotos son mías.









