Muertos vivientes.

Momias en una cripta de Dublín. foto del autor.

«Efectivamente, el portón principal que daba a la calle se había abierto de par en par y un cuerpo escuálido y desnudo de mujer venía caminando hacia ellos, arrastrando algo similar a una sábana con su pie izquierdo. La mujer mantenía la cabeza inclinada sobre el pecho, por lo que no pudieron apreciar los rasgos de su rostro, cubiertos por una melena desgreñada y polvorienta; sí pudieron advertir que se sujetaba su voluminosa barriga con las manos flacas y escuchar con nitidez el crujido seco que emitían sus articulaciones a cada paso que iba dando. El cirio que ardía en el larario del atrio chisporroteó de improviso y se apagó, dejando la estancia a oscuras.

La mujer siguió avanzando, aproximándose a Demetrio y a Rodrigo, que seguían paralizados por el asombro, incapaces de mover ni un solo dedo y con el corazón en un puño. Pero, sorprendentemente, los ignoró, los dejó a un lado y continuó arrastrándose hacia el rincón del jardín donde se encontraba su familia: se habían quedado allí, quietos y callados, con la única excepción de Julia.

—¡Qué bien, mamá! —chilló alborozada—. ¡Por fin has venido a buscarnos! Ahora ya no nos volveremos a separar nunca más, ¿verdad?

La mujer alzó el rostro e, ignorando a la niña, se dirigió a Julio, gritándole:
—¡Ven, marido, ayúdame! ¡Mira cuánto me pesa esta carga!

A pesar de su tono cavernoso, aquella voz era perfectamente reconocible para todos los presentes: pertenecía a la hermana de Constante y mujer de Julio, la difunta Valentina. (…)

—¡Ayúdame, Julio! —seguía repitiendo Valentina, entremezclando sus palabras con gorgoteos y silbidos—. ¡Mira lo que has hecho conmigo! ¡Mira lo que has hecho
con nuestro hijo!

Y en ese instante se arrancó de cuajo la abultada barriga y la arrojó con fuerza a los pies de su marido. Se trataba en realidad de un amasijo viscoso de lombrices y de ciempiés que pululaban alrededor de algo inconcreto, que no se pudo distinguir bien hasta que los gusanos huyeron reptando en todas direcciones, dejándolo al descubierto: era la osamenta pelada de un feto.»

Joel Santamaría. Nocturnalia.

LA CRÍTICA HA OPINADO DE NOCTURNALIA:

“Me ha sorprendido muchísimo. Lo he leído como una novela corta, de un tirón. Magnífico giro a la parte más oscura de la condición humana y perfecta integración de lo real con lo sobrenatural. El autor sabe mantener, con un lenguaje sencillo y ágil, la tensión y el suspense en todo momento. En resumen, una muy buena lectura“

Mil libros en mi biblioteca.

“Nocturnalia es una novela para todo aquel a quien le guste el mundo clásico, (…) pero que a la vez mezcla género histórico con la fantasía, teniendo como resultado una lectura original y ágil. En definitiva, es una gran “novela histórico fantástica de terror”, no sé si es muy correcto el termino, pero a mí me suena bien.”

Caminando por la Historia.

“Ambientada en la ciudad de Palmira y en la Tarraco bajo imperial, estamos ante una intriga de terror con una sobresaliente documentación. (…)Los aficionados al género histórico y al género de terror disfrutarán a lo grande con una cautivadora trama en la que se mezclan la novela histórica, el thriller y el suspense.”

Me gustan los libros.

“Está muy bien escrito y documentado. Joel Santamaría nos ofrece la visión de la Roma de a pie. Es decir, no de las grandes gestas y batallas, sino de las gentes y como se vivía en esa época. Es una novela que se lee en unas tardes y es entretenida.”

El armario de Lubyjane.

“Me ha gustado mucho la originalidad de la historia y la ambientación. He aprendido muchos datos históricos que desconocía. Ha sido una lectura diferente y original, que no puedo dejar de recomendar.”

La biblioteca de Melania.

Hay más fragmentos de la novela en el apartado Curiosidades. En el siguiente enlace podéis enteraros de más cosas, leer el primer capítulo y comprar el libro:

https://www.planetadelibros.com/libro-nocturnalia/321348

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