Catafractos.

Unidad de catafractos lanzándose al combate.

«De repente las puertas se abrieron de par en par con un sonoro crujido; y no fueron los nuestros los que aparecieron por ellas sino una horda de jinetes acorazados enemigos, que se dispusieron en formación de combate. Sabiendo
lo efectiva que podía llegar a ser su caballería de catafractos, el tribuno Probo ordenó que las centurias de legionarios que teníamos delante se echaran a un lado de inmediato, dejando así a nuestra cohorte de jinetes acorazados en la primera línea de combate.

Viven los dioses que no había un espectáculo más sobrecogedor que el que ofrecían allí, delante de las puertas de mi ciudad, todos aquellos catafractos ordenadamente dispuestos para una lucha final en la que no había posibilidad alguna de vencer. El sol naciente refulgía con hiriente fuerza sobre sus cimeras de oro y plata y sobre sus bardas de bronce. Algunos de ellos eran sin duda vecinos, amigos o parientes míos; otros habían acudido en su momento desde otras partes del reino para apoyar a Zenobia o a su sucesor, Antíoco. Serían en total poco más de trescientos, el último vestigio de los más de cinco mil caballeros acorazados con los que en su momento había llegado a contar Odenato; los más fieles, curtidos en innumerables batallas contra partos, romanos, escitas y egipcios. Pero nosotros contábamos con una cohorte entera, más de quinientos caballeros, la mayor parte de los cuales estábamos asimismo bien curtidos en incontables campañas.

Resonaron con mayor estrépito y más cercanos nuestros tambores y cuernos de bronce. Oímos la melodía que señalaba la orden de atacar e iniciamos nuestra marcha al trote, por el césar y la república. El general que dirigía el ejército enemigo alzó en ese instante la mano y gritó en arameo: «¡Por Bel, por Zenobia, nuestra reina mártir!», y al instante sus jinetes picaron espuelas y saltaron al galope sobre nosotros.

Los caballeros acorazados de ambas huestes chocaron unos contra otros con el mismo ímpetu con que se habrían topado dos torrentes desbordados por las lluvias. El encuentro fue brutal; varias lanzas se quebraron y astillaron, algunos de los jinetes que iban en la primera fila saltaron por los aires o se desplomaron en el suelo, aplastados por sus propias monturas; otros cayeron hacia atrás con el rostro ensartado por una lanza enemiga. Llegó un momento en que los caballeros de uno y otro bando nos apretujábamos contra la línea del frente sin poder avanzar, como si fuésemos rebaños de ovejas apretándonos contra la estrecha entrada de un redil.

A partir de entonces, guardamos las lanzas, desenvainamos las espadas largas y empezamos a arremeter furiosamente unos contra otros. No tardaron en saltar volando por los aires cabezas y manos que nos salpicaron a los de atrás con regueros de sangre. Yo, que al iniciar el combate formaba parte de la cuarta fila, me encontré de pronto en la primera, trotando hacia las puertas de la ciudad a medida que las líneas enemigas se aclaraban e iniciaban la retirada.

—¡Avanzad! —vociferó Cayo Alberico, que cabalgaba a mi lado—. ¡Entremos antes de que las vuelvan a cerrar!

Y así lo hicimos. Un centenar de catafractos conseguimos irrumpir en la calle principal de la ciudad antes de que las puertas se entornaran y se cerraran a nuestras espaldas. Hasta entonces no había pensado en nada más que avanzar, golpear y abatir a todo aquel que se me pusiera por delante, y de pronto me encontré en medio de la avenida de las Mil Columnas, tan familiar a mis ojos, desierta de gente y con todas las tiendas de los soportales cerradas a cal y canto. Nuestros enemigos galopaban en dirección al arco de Septimio Severo.»

Nocturnalia. Joel Santamaría.

Hay más fragmentos de la novela en el apartado Curiosidades. En el siguiente enlace podéis enteraros de más cosas, leer el primer capítulo y comprar el libro:

https://www.planetadelibros.com/libro-nocturnalia/321348

LA CRÍTICA HA OPINADO DE NOCTURNALIA:

“Me ha sorprendido muchísimo. Lo he leído como una novela corta, de un tirón. Magnífico giro a la parte más oscura de la condición humana y perfecta integración de lo real con lo sobrenatural. El autor sabe mantener, con un lenguaje sencillo y ágil, la tensión y el suspense en todo momento. En resumen, una muy buena lectura“

Mil libros en mi biblioteca.

“Nocturnalia es una novela para todo aquel a quien le guste el mundo clásico, (…) pero que a la vez mezcla género histórico con la fantasía, teniendo como resultado una lectura original y ágil. En definitiva, es una gran “novela histórico fantástica de terror”, no sé si es muy correcto el termino, pero a mí me suena bien.”

Caminando por la Historia.

“Ambientada en la ciudad de Palmira y en la Tarraco bajo imperial, estamos ante una intriga de terror con una sobresaliente documentación. (…)Los aficionados al género histórico y al género de terror disfrutarán a lo grande con una cautivadora trama en la que se mezclan la novela histórica, el thriller y el suspense.”

Me gustan los libros.

“Está muy bien escrito y documentado. Joel Santamaría nos ofrece la visión de la Roma de a pie. Es decir, no de las grandes gestas y batallas, sino de las gentes y como se vivía en esa época. Es una novela que se lee en unas tardes y es entretenida.”

El armario de Lubyjane.

“Me ha gustado mucho la originalidad de la historia y la ambientación. He aprendido muchos datos históricos que desconocía. Ha sido una lectura diferente y original, que no puedo dejar de recomendar.”

La biblioteca de Melania.

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